Vistas de página en total

miércoles, 28 de abril de 2010

Microesfera

Prisionero de mi esfera, me preparo, como todos los días laborales del año, desde hace veintinueve casi, a entrar de nuevo, en este infierno enladrillado.
Abúlico y sin ninguna motivación, como el niño obligado a “misa de once”, me resigno al devenir de los minutos, las horas y al de los sueños que algún día tuve, y ahora apenas recuerdo.
Sin propósito de enmienda, miro fijamente la puerta; este número “23” que llevo insertado en el alma con desidia.
Respiro hondo.
Me lo pienso un rato. Como cada día.
Y por fin, entro en casa.

No hay comentarios: