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jueves, 20 de mayo de 2010

De “Canciones para que duermas (y sueñes conmigo)”

IV)

La noche maga
Lanza un dardo al cielo
E imagino que tu piel
Es una vocal del infinito.
Con ella te recuerdo
Y puede que ahora
Corra sobre el mar
Para abrazarte.

Esta noche maga
Me acuerdo de ti,
De la suave ternura que siento
Cuando te acaricio,
Del sabor de tus labios
Cuando más necesito paladearte.
Me acuerdo de ti porque te necesito
Porque me haces vibrar,
Porque te amo.

Al final de la noche maga
Nos fundimos en un dulce sueño;
Mis manos se pasean
Por nuestros deseos,
Tus pechos alivian mis labios
Y de pronto,
La noche maga
Se hace siempre,
Todavía

De “Canciones para que duermas (y sueñes conmigo)”

III)


Estoy aquí, amor.
Donde siempre quise estar,
Descubriendo el camino
Deslizante de tus caderas
A la luz
Del último cuarto menguante,
En este rincón del mundo
Al que sólo se llega haciendo dedo
En la carretera de los sueños.

Estoy aquí, amor.
Asomado al balcón de tus ojos,
De mi vida pasando en su reflejo;
En tu regazo
Donde me duermo,
En esa nueva maquina
Que atrapa el tiempo de los deseos
Y con esas ganas de estrujarte
Con todas las fuerzas que tengo.

Estoy aquí, amor.
En ti,
Contigo.
En el lugar que siempre te imaginé,
Donde trazo las telarañas
Que sostienen las estrellas,

Donde te he esperado toda mi vida.
En el infinito deseo de amarte.

De “Canciones para que duermas (y sueñes conmigo)”

“Para quien anda a tientas
y no sabe
la noche abierta es un peligro hermoso” (A. González)

“Y vuelo, vuelo
sin un lugar a salvo
sin poder detenerme” (L. García Montero)


II)
Que tus sueños sean tan dulces
Como tu piel
Y que la luna
Brille en ellos tanto como tus ojos.

Que nadie pueda con esta ilusión
Al mirarte,
cuando ya casi duermes
Susurrándote al oído una canción.

Que mientras vueles con Morfeo
Tu ausencia llene mi recuerdo
Y tu aroma
En las sábanas mi aliento.

Que tu eterna sonrisa
Apacigüe por fin
Los desordenes de mi alma,
Y tus caricias postreras
Mis heridas
Y carencias.

Que mis sueños se fundan
Con los tuyos
Que mis alas se desplieguen
Con tus deseos
En algún rincón del camino,
En el infinito del universo.
En algún lugar de la Galaxia….

De la “La idea de partir”:

“Todo el que camina anda…” (A. Machado)

“Hoy sólo sé que existo
y amanece” (J.Egea)


I)
El viajero encuentra
En el trayecto
El sentido de su caminar,
Las huellas que le llevan
Directo, al centro de su corazón.

Habrá que seguir andando
Y que la inclemencia
Meteorológica,
Los continuos vaivenes del camino
Y el cansancio
No nos impidan disfrutar
Del viaje.


II)
El viajero te ama en cada rincón
Del camino, disfruta de sus recovecos
De tu sonrisa.
Disfruta de los deseos.

El viajero te dibuja en el aire
Del trayecto, juguetea con las hojas secas
Del suelo, con tus labios.
Juguetea con los sueños.

El viajero escribe en algún instante
Del periplo, sus huellas en la tierra
“Hoy es siempre todavía” ,
y el tiempo
y la poesía
se diluyen entre sus dedos.

El viajero sonríe
Te mira a los ojos
Y te quiere.
El viajero sabe disfrutar del momento
Contigo.

Sabe de lo importante del camino
Sin ausencia.



Rutinas

La mujer de la foto sonreía… Un día más.
A los ciento nueve pasos hasta el autobús, les seguía la anodina espera de cinco minutos en la parada, un viaje hacinado entre desconocidos habituales, y al final, un destino ordinario.
Una vez en la colmena de despachos de mi planta, levantaba la vista y me encontraba de bruces con esa foto “familiar”, en la que todos los empleados posábamos mustios y grises, con la mirada perdida. Bueno, todos menos la mujer sonriente de la última fila.
No dejaba de mirarla, y la verdad; soñaba a diario con el momento, en el que por fin, pudiera cruzarme con ella.