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martes, 2 de noviembre de 2010

HASTA OTRA....

“Sabes
que es tiempo
de dudas.
El Aute quiere bailar
"slow with you tonight".
Pero lo siento (no te debe conocer).
Tendrá que hacer de tripas
corazón.”


“…otra vez me sumerjo
en el pozo de lo absurdo,
¿será ésa la razón
por la que reviento?”


“Hoy que reviento con el telediario,
que matan la libertad
el amor, las palabras,
que el silencio y la soledad comparten cama...”


“...Qué importa que hayan asesinado
las ideologías
Si la mía se derrumba
sobre las aceras de gente sana
y se deja aplastar, enferma
por las pisadas de la simpleza.”


“...Se hace duro para un adicto a ilusiones
pasar dos días
sin su dosis de esperanza.”


“...Son ya muchos años.
muchas luces
que se apagan y se encienden.
Muchas noches y muchos trenes.
Quizás debería estar
ya acostumbrado
a tanta soledad.”


“...Perdí la conciencia
al borde del pozo de los deseos
creyendo que era el abismo.
El mundo se derrumbaba, pero tú sonreías”.


(EXTRACTOS DE MIS POEMAS, DE "SOLEDADES COMPARTIDAS")


María, mi alter ego literario, escribió en su diario prohibido “creo que lo mejor será dejar de una vez por todas esta maldita farsa. Voy a quemar el diario. No volveré a escribir jamás”. Mas tarde, a los cuatro meses, el “jamás” se deshizo como polvo de estrellas, y el viento lo esparció por el cielo de las palabras perdidas. Se encontró con “Nunca”, y más tarde con “Siempre”; después, se fugó por el horizonte amarillo. El mismo que veía desde la ventana de los deseos hace muchos años. El horizonte que atisbaba con cierta melancolía, entre las cuatro paredes, que me vieron romper a escribir mis sueños e ilusiones, con la atenta mirada del Ché y de Zapata, y la complicidad de todas aquellas inolvidables láminas de dibujo.
Hoy, como entonces, por motivos introspectivos, y que a más de uno le dejarían exactamente igual (indolente e insensible), me veo otra vez en la misma diatriba. No voy a vomitar lo que en mi interior me hace decidir abandonar este blog, no sé (visto lo visto con María) si definitivamente. El caso es, que tal y como he hecho durante casi treinta años, seguiré escribiéndome en soledad, y no en soledades. Mi estado de ánimo, me arrastra a sincerarme conmigo mismo, y con nadie más. Seguiré los consejos de Rilke y me deslizaré por los entresijos de mi interior, entre esos recovecos por los que es mejor viajar sin compañía.
No me gustan muchas cosas de este mundo. Odio a la mayor parte de las personas, sobre todo las propensas a ir en manadas o rebaños. No corren buenos tiempos para el rockandroll, que diría el otro, pero es lo único que entiendo, lo que siento, y por lo tanto, lo que seguiré haciendo y viviendo, aunque sea a solas. Nunca ha sido mi estilo compartir las heces existenciales, pero quería echar la persiana explicando mis razones, sin ahondar demasiado, porque no lo considero preciso.
Estaré un tiempo (no sé cuanto) reflexionando en silencio, escribiendo para mí, y probablemente quemándolo una vez consumido, como otras tantas veces.
Mientras Andrés pone en “off” a Carlos, y hasta que éste aflore de nuevo (es difícil que pierda mi dosis de esperanza), sí quiero dar mi agradecimiento a TODOS/AS los/as que me habéis leído, y sobre todo a quienes me hayan sentido. A Pepe, por su amistad y colaboración, a Johny (él sabe quien es) por su sincero y sentido seguimiento, y a mi madre, porque no es que sea la mejor madre del mundo, si no que simplemente, es la mejor, a secas. Y especialmente a Maribel. Tú tienes sólo una culpa. La de TODO lo bueno que me ha pasado en la vida, incluyendo las ganas de amar, de vivir, y de escribir y dedicarte todo lo que me sale del alma.
Muchas gracias… y hasta otra (con música de Xoel, “Adiós, corazón”).

Pd: Una vez releído mi perfil del blog, creo que se entiende mejor esta despedida… Resulta hasta gracioso, si no fuera porque encierra la bienvenida y la despedida en un mismo círculo...