Imagine Imagine there's no heaven It's easy if you try No hell below us Above us only sky Imagine all the people Living for today... Imagine there's no countries It isn't hard to do Nothing to kill or die for And no religion too Imagine all the people Living life in peace... You may say I'm a dreamer But I'm not the only one I hope someday you'll join us And the world will be as one Imagine no possessions I wonder if you can No need for greed or hunger A brotherhood of man Imagine all the people Sharing all the world... You may say I'm a dreamer But I'm not the only one I hope someday you'll join us And the world will live as one | Imagínate Imagina que no existe el Cielo es fácil si lo intentas sin el Infierno debajo nuestro arriba nuestro, solo el cielo Imagina a toda la gente viviendo el hoy... Imagina que no hay países no es difícil de hacer nadie por quien matar o morir ni tampoco religión imagina a toda la gente viviendo la vida en paz... Puedes decir que soy un soñador pero no soy el único espero que algún día te unas a nosotros y el mundo vivirá como uno Imagina que no hay posesiones quisiera saber si puedes sin necesidad de gula o hambre una hermandad de hombres imagínate a toda la gente compartiendo el mundo Puedes decir que soy un soñador pero no soy el único espero que algún día te unas a nosotros y el mundo vivirá como uno |
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lunes, 19 de septiembre de 2011
Imagine forever
Estoy escuchándola ahora mismo... y es difícil cansarse de esta maravilla:
sueños de los 80

.... A Lituania 2011
Hoy, desayunándome las noticias de la radio, me he acordado de cómo nos enganchamos muchos de mi generación al baloncesto. Era la primera mitad de los 80 y España empezaba a conocerse de carrerilla los Corbalán, Solozabal, Llorente, Beirán, Iturriaga, Rullán, Epi, Sibilio, Fernando Martín, Romay, De la Cruz, Jiménez, Arcega... y tantos otros que, con camiseta ceñida de algodón y pantalones cortos, muy cortos, nos hicieron ver que con un balón se podían hacer muchas más cosas que chutar a una porteria.
Si, antes los mayores conocían a Emiliano o a Luyck, pero de baloncesto no entendían ni "papa"; de hecho, alguno, cuando retransmitían un evento importante, gritaba ¡penalty! a la la tele, cuando no veía las cosas claras en la zona.
Con los pioneros de los ochenta, cuartos en el mundial de Cali'82 (ganando en la primera fase a ¡EEUU!), subcampeones de Europa en el 83 (ganándole en semis a la gran URSS) y por fín, subcampeones olímpicos en L.A'84 (derrotando en semifinales a la casi imbatible Yugoslavia, y jugando la gran final contra el mismísimo Michael Jordan), fue con los que de verdad, aprendimos qué era eso del baloncesto.
Fue aquella madrugada de final de julio del 84, la que cambió nuestro panorama deportivo (anclado en el fútbol rancio en blanco y negro) y empezamos a sentir en tecnicolor un halo de aire fresco, que terminaría por modernizar nuestras miras deportivas.
Esa noche, bien tarde (más allá de la 1 de la madrugada), Antonio Diaz Miguel dirgía a sus muchachos hacia la gloria olímpica, el libro inmortal de los sueños. Esa madrugada, contra Yugoslavia, media España trasnochaba delante del televisor, para ver con sus propios ojos algo que quedó marcado para siempre en nuestros corazones, y en esta sintonía, que los de mi generación no olvidaremos jamás.....
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