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jueves, 30 de septiembre de 2010

“Enamorado de la moda juvenil”.

“Como los ángeles al salir el sol…”, cantaban al unísono cientos de adolescentes sudorosas, mientras dejaban al descubierto acné y horribles braquets.

Eran más de las doce, y allí me encontraba, ante un ejército de jóvenes lobas segregando hormonas a discreción, que abducidas por el ambiente, chillaban sin parar, embriagadas de cola Light e histeria colectiva.

Las canciones eran melodías deplorables con letras infames. Aquello era insufrible, pero había que trabajar. La cosa está muy mal.

Juré y perjuré tras los alaridos descompasados de “¡otra, otra!…” que me largaba en ese mismo instante del pabellón.

Toqué la última y me fui corriendo. Por la puerta de atrás.

jueves, 23 de septiembre de 2010

“2036 Omena-G”, o seguir nadando a contracorriente de la corrección.


Els Joglars cumple su cincuenta aniversario fiel a sus principios fundacionales, y para que no quede el cumpleaños en una celebración inocua, nada mejor que desplegar sobre el escenario las mejores armas con las que cuentan los de Boadella. Puede que alguno crea que son como piedras arrojadizas por adolescentes palestinos contra tanques y misiles israelíes, pero que no se confundan, hay pedradas que al poder siempre le van a doler; cuando uno no tiene nada que perder (porque nadie le ayuda) se convierte en un peligro viviente para el que se cree todopoderoso.
Puede que exagere un poco y no haya que sacarle tanta punta al arte, puede que el postulado de Wilde al respecto sea cierto; pero a veces, cuando la realidad me enerva, me apetece creer que hay gente como Els Joglars; íntegros, decididos, valientes, valleinclanianos… Artistas de verdad. Gente que, al igual que el salmón, tiene como modus vivendi la contracorriente y no ven otra alternativa, por mucho que pasen los años.
Y los años pasan, de eso si que no nos queda duda alguna, y Albert Boadella, sin perder el humor y el sarcasmo, anticipa con este montaje una posible versión del ocaso del grupo.
“2036 Omena-G”, trata de cambiar las fechas y situarnos en el 75 aniversario del grupo, lo demás, como dice el propio director, es “sólo un cálculo de probabilidades, muchos ensayos y la experiencia de 50 años”.
Una terna de excelentes actores, desarrollan un montaje histriónico, lleno de humor corrosivo, inteligente e impertinente. La obra no es apta para todo aquel que le ofenda este tipo de humor, sea de centro, derecha, izquierda, creyente, católico, musulmán, agnóstico, ateo o indiferente. Las ostias caen a todos lados, sin compasión.
Els Joglars, por si no se me había notado, son mi debilidad. Es teatro de primera dimensión. No es de extrañar que este grupo no quepa en ningún sitio; son demasiado grandes. Muy buena interpretación, mejor dirección y humor cáustico a raudales. ¿Quien puede dar más?
El maestro espiritual Sivanande, en boca de uno de los ancianos actores, riéndose de su carácter catalán en un pasaje de la obra, dice que “hacen falta cuarenta músculos para fruncir el ceño, pero sólo quince para sonreír”… Así que tomaré buena cuenta. Además, yo también soy catalán.

martes, 21 de septiembre de 2010

CRÓNICAS DESDE TURQUÍA (III) El Referéndum


Referéndum Turco: ¿Democratización del Islam o Islamización de la democracia?

Desde mi llegada a Turquía, me topé con un país inundado de propaganda electoral, de cara al Referéndum de marras, en el que, siempre desde la versión institucional de Erdogán (primer ministro), los otomanos votando SI (la inmensa mayoría de la publicidad rezaba así, por supuesto), acercarían a su nación a los preceptos de adhesión a la UE, y por ende, podrían culminar así el proceso de modernización turco.
Todo ello a razón de ventiséis enmiendas a la actual Constitución (de 1982, a propuesta de la anterior junta militar), y de restar poder al ejército, defensor del carácter laico y unitario de Turquía; además de dotar al Parlamento de potestad a la hora de nombrar a miembros del Consejo Superior del Poder Judicial.
Todo esto, como digo, es la cara A del disco. Todo muy bonito; maravilloso, y tras la victoria del EVET (si, en turco), aplaudido por Obama y sus secuaces amigos europeos.
En nuestra visita por la parte Asiática de Estambul, conocimos accidentalmente a un profesor universitario, que durante toda una tarde estuvo ilustrándonos a cerca del problema turco y el Referéndum. Gracias a su generosa aportación, pude conocer que un musulmán puede ser socialista (aunque agazapado), islamista, pero pacifista y racional, y lo que más me interesaba; que hay una cara B en el disco triunfador de Erdogán:
En Turquía conviven (es un decir) Suníes, Islamistas mayoritarios; Chiíes, Alevíes entre éllos, que suponen casi un 30% de la población (que se sienten desplazados por el poder establecido), y una minoría cristiana. A esta división religiosa, hay que unir, la étnica, sobre todo la de los Kurdos, con el conflicto patente y latente en plena efervescencia.
La oposición y el NO han unido extraños compañeros de viaje. Por un lado, a tradicionalistas, militares, judicatura y altos funcionarios, por razones obvias; por otro, a los kurdos (aunque la mayoría de ellos pedían la abstención), por razones aplastantes… y por último, a no pocos intelectuales progresistas laicos. ¿Pero porqué éstos últimos?, me preguntaba.
La respuesta la he tenido tras la victoria holgada del SI institucional, al volver a España. Una parte importante de la población turca, teme y duda (con mucha razón), que el plan de Erdogán y los suyos sea la de convertirse en un gobierno más autoritario de lo que ya es, pese al maquillaje actual, y vaya hacía una Islamización progresiva, con el beneplácito de los más radicales. Una pista para esta duda razonable es la del cambio del control judicial y la sospecha de querer dominar el Tribunal Constitucional, y así el sistema jurídico.
Suena a una cantinela, por desgracia, bien conocida en la zona. ¿Podría ser Turquía el Irán del Siglo XXI? ¿Se podrá democratizar el Islam, como proclaman los optimistas, y serán los turcos sus grandes valedores? ¿O por el contrario, se Islamizará la democracia otomana, como vaticinan los pesimistas?
La respuesta, para bien o para mal, la tendremos probablemente durante esta década. Habrá que estar muy atentos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Novedades

En las páginas de FOTOSÍA y AMIGUETES (margen superior) tenemos novedades. Espero que sean de vuestro gusto.

jueves, 16 de septiembre de 2010

CRÓNICAS DESDE TURQUÍA (II) El taxi


Quien haya estado en Estambul y no se haya montado en un taxi, ha perdido una oportunidad única de experimentar sensaciones que difícilmente pueden adquirirse en un parque de atracciones, o viendo una persecución de Steve McQueen en ‘Bullitt’ . Si deseáis segregar adrenalina extra, super o 98, no lo dudéis, montaros en algún momento de vuestra visita en un coche amarillo, de esos que no dejan de pitar durante todo el día (a veces lo hacen de puro vicio, estoy seguro que en su casa, en vez de timbre, utilizan claxón).
Mi mejor aventura se produjo la semana pasada, al montarme en uno, dirección al Pabellón de deportes. En menos de un minuto, el honorable taxista turco nos introdujo en un maremagnum de gentes, gallinas y puestos de mercadillo, que será difícil que olvide pronto. No sabía si gritar, taparme lo ojos o asistir al personal que firmemente creía que íbamos atropellando.
Para salir del atolladero, este buen hombre (sin cambiar el rictus en ningún instante) decidió, unilateralmente por supuesto, tomar un atajo marcha atrás a toda velocidad. En ese momento pensé que lo de ver toda tu vida pasando como una película, justo antes de palmarla, en mi caso, el destino me lo presentaba irónicamente a la manera de Benjamin Button.
Tras pasar de nivel en este Mario Bross turco, la siguiente prueba venía a ser la archiconocida marcha en dirección prohibida. Calles estrechas, donde un solo coche ya iba bien justo, curvas cerradas sin visión alguna, sorpresas en mitad de la calzada… El tramo contra dirección apenas duró tres minutos, pero a mí me parecieron tres años, y lo más curioso y casi hilarante (de no ser porque todavía me recorría sudor frío en medio cuerpo y el corazón parecía querer emanciparse de mi pecho); el taxista NO PITÓ ninguna vez, ni siquiera al tomar las curvas. Después de oírles sin parar todo el día…
Ya en la circunvalación, por fin, lo de menos fue la velocidad desmedida que te encajaba la cabeza en el respaldo, o los piques con sus compañeros, a golpe de risas y caladas a cigarros resecos de contrabando.
Llegamos a nuestro destino. Aturdidos, pero felices al poner pie en tierra y pagamos lo religiosamente pactado de antemano. La atracción sale barata por lo menos.
Al alejarnos del taxi, sonreí sin casi quererlo, y me vino una extraña sensación pseudo masoquista, convencido de que en breve repetiría la experiencia.

CRÓNICAS DESDE TURQUÍA (I)



Vuelvo a Turquía, vuelvo al Estambul. En esta ocasión, el pretexto para el regreso ha sido algo tan prosaico como puntual; el campeonato del mundo de Baloncesto.
Tenía que buscar cualquier vericueto para reencontrarme con esta ciudad milenaria, punto de encuentro entre Europa y Asia, occidente y oriente, religión y laicismo,y por supuesto, entre luces y sombras, intentos e impedimentos.
Vuelvo a respirar la brisa pura impregnada de recuerdos del Mármara y el Bósforo, siento la energía pura que emanan de las tierras que bañan, reflejo quizá de la mágia oriental sobre la orilla de occidente, y ante todas las cosas, llego buscando inspiración en el atardecer cobrizo sobre las mezquitas y el Cuerno de Oro.
Tengo cuentas pendientes. Vuelvo para saldarlas, y nada más llegar empiezo ya a saborearlas...
Duermo en esta bella ciudad, inundada de historia y esperanza; y sueño ya en sus mil y una noches.