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jueves, 8 de septiembre de 2011

VUELTA A LA ORTODOXIA PUNK

Desde chavea (como dicen los mayores granadinos), la literatura, en sus muy diversas facetas, me llamó a filas de forma muy sugerente, y en la línea del gran Benedetti, me siento orgulloso de dicha militancia.
Desde ese amplio crisol de las letras, despertó mi pueril curiosidad (la sigo teniendo, aún peinando canas) una de las hijas bastardas de la literatura; la pintada callejera.

Reconozco que hay algunas (muchas) de escaso valor artístico y sin la menor gracia u originalidad. De hecho, éstas sólo pueden tener el dudoso honor de manchar paredes de simpleza y sandeces, propias del mal gusto y probablemente, de la escasez de pudor e inteligencia. Se me ocurre que, quizá, las fachadas de una ciudad, son el reflejo de su ciudadanía…

Sin embargo, si vas atento por la calle; de vez en cuando, te puede iluminar un destello de genialidad, un ripio digno de arte, capaz en muchos casos, de atravesar conciencias y sensibilidades a través de las retinas.

De adolescente, solía anotar en cualquier maltrecho papel las más ingeniosas de las pintadas que me salían al paso, mal que comprendiera alguna de éstas. El requisito fundamental de selección, no era su entendimiento, si no más bien, lo raras o malsonantes que fueran. Si duda, eso era lo me llamaba más la atención.

En mi pandilla, nos partíamos de risa, al recordar la premonitoria “VOTA SÍ, PERO LUEGO NO TE QUEJES SI LAS MANOS TE HUELEN A MIERDA”, previa al referéndum de la OTAN, creo, si la memoria no me falla,  que en 1986. Aquella pintada, de un callejón de la la Plaza de la Trinidad, mantuvo el “tipo”, sin ser borrada o modificada, hasta bien entrados los años noventa. Más de una década pues, sobrevivió la histórica pintada (por lo menos para nosotros) a la erosión del tiempo y de las conciencias.

Otra pintada pseudopolítica, aunque más cercana en el tiempo, que me arrancó una carcajada y un recuerdo, me la encontré en pleno centro de Madrid, al salir del metro en Tribunal. Corría el año 2003 y rezaba “NI BUSTAMANTE NI BISBAL; HUELGA GENERAL”. Y es que, la  popularidad de los dichosos “triunfitos” podía incluso, en esos momentos,  con el ingenio sindicalista.

Pero no sólo de ripios reivindicativos vive el hombre. Por un lado, tenemos un ejemplo del clásico callejero anarquista, con lemas ciertamente oníricos y de tinte libertario, que tanto éxito tienen entre los jóvenes, como el  de “NUESTROS SUEÑOS NO CABEN EN SUS URNAS”, tan plástico como utilizado, por ejemplo, en las diferentes movilizaciones del 15-M.

También tiene cabida en este ámbito artístico, la pintada humorística; sobre todo si utiliza un humor inteligente. De esa dificilísima combinación podría formar parte esta pintada comprensiva, pero hasta cierto límite: “LAS FEAS TIENEN DERECHO A VIVIR, PERO NO TODAS EN ESTE BARRIO”. 


El caso, es que toda esta perorata viene a colación de un sueño que tuve anoche. Tras ver las noticias en el canal 24 horas, ya de madrugada, me dí cuenta de que el consumo de negatividad, desgracias y malos augurios, vía telediario, podría pasarme factura, cual cena copiosa antes del descanso (en este caso, a base de entrantes de crisis, seguido del  solomillo de paro, y para postre, una reiterada tarta de guerras civiles). Y así ocurrió. Pesadilla al canto. No recuerdo, como es habitual, todo el sueño; pero sin embargo, había una pintada callejera que no dejaba de repetirse  durante el mal viaje: VUELTA A LA ORTODOXIA PUNK. Justo la pintada que había en una de las calles colindantes con la mía, cuando apenas era un crío. Es curioso, cómo actúa el subconsciente… Siempre que pasaba a su lado, la repetía una y otra vez, sin saber en aquel entonces, ni qué era eso de “ortodoxia”, y menos aún, qué significaba aquel pegadizo “punk”.

Al levantarme esta mañana, lo he comprendido todo. La pintada que acompañó parte de mi infancia, venía a ser una revelación. Lo que ocurrió a finales de los setenta, está a punto de repetirse, y probablemente a mayor escala. Los conflictos de hace un par de meses en el Reino Unido, jóvenes sin dinero y lo que es peor, sin expectativas; protestas callejeras, cada vez más numerosas en toda Europa; escasez de valores, sobre todo a través de los medios, de los políticos, del maldito mercado... Ahora encaja todo.

En definitiva, NO FUTURE. Lo que está pasando ahí fuera, ya ha ocurrido en los bares que habituamos. Nos lo han contado los Sex Pistols o los Clash. La llamada de atención la dio el “London Calling”, y el pistoletazo de partida el “Anarchy in the U.K”. Como dice el Maestro Lapido, “..No digas que no te avisé…”. Ahí tenéis la pintada, VUELTA A LA ORTOXIA PUNK. Y si no, al tiempo.