La cena se enfriaba en la mesa. Otra noche más.
El lunes mi jefe nos reunió a última hora, como de costumbre, para diseñar una nueva estrategia comercial. El martes, encuentro de antigüos compañeros de la facultad; todavía me dura la resaca. El miércoles, quedé en el bar de abajo para ver el fútbol, la “Champions” es sagrada y como no tengo “el Plus”… Luego me entretuve tomando unas cervezas. El jueves a decir verdad, no tenía nada que hacer, pero vagué por las calles sin más sentido que ver pasar el tiempo.
Otra noche más la tortilla estaba helada y nosotros seguíamos durmiendo en camas separadas.
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